06
Jun

La Primera Batalla

Para muchos el ejercicio de liderar es una verdadera batalla. De manera que algunos deciden librarla y otros no.

Algunos hacen todo lo posible y quisieran tener el poder para hacer lo imposible con tal de ganarla; tanto así que muchos de ellos terminan “dando el batacazo”, alcanzando la posición de poder deseada, aunque las circunstancias y sus propias condiciones les mantuvieran aparentemente “destinados” al fracaso. Mientras tanto, otros han decidido liderar sus deseos, emociones e incluso su ego, para no enfrentarse en esas batallas que no desean vivir. Son los que prefieren dejar ese desgaste a otros.

Lo más interesante de esa realidad es que los unos y los otros pueden tener toda la razón, dependiendo de la misión que hayan decidido asumir como la tarea encomendada por Dios, por la vida o simplemente por sus convicciones.

Sin embargo, ambos pueden cometer errores tan lamentables como comunes. Los decididos a liderar, en eso de “hacer cuanto sea necesario hacer” para lograr sus objetivos, puede cometer injusticias, ser desleales, egoístas, anárquicos, oportunistas y en definitiva, pueden quebrantar una y otra vez relaciones que en condiciones normales podrían sumarle a sus objetivos. Por su parte, los que han decidido no dejarse enamorar por los atractivísimos encantos del liderazgo, y dejar esas guerras a otros que sí estén dispuestos a perder soldados y a arriesgar el bienestar propio por una cuota de poder, pueden estar renunciando a la posibilidad de servir, contribuir y crecer con mucho mayor alcance e impacto que el que hayan imaginado, para sí mismos y para su entorno.

Pero si hay quienes quieren asumir posiciones de liderazgo con todo lo que eso implica, y si hay quienes no quieren ostentar ningún rol muy visible, también hay quienes quisieran hacerlo, pero no se creen capaces.

iVaya error! Unos pocos les han dicho y muy eficientemente les ha hecho creer que el liderazgo es un don reservado para algunos privilegiados que, además de haber nacido con semejante talento, tienen sangre de héroes dispuestos a batallar para ganar su puesto.

iMentira! Desde el momento en el que eres capaz de definir el rumbo de tu vida más allá de las circunstancias,  ya lideraste y ganaste tu primera batalla.