Laboratorio de mi Vida
Estoy convencido. No es posible evolucionar personalmente sentado en un laboratorio social observando y estudiando el comportamiento humano.
Desde allí puede que crezca el conocimiento científico, la capacidad de análisis, el poder discursivo, y en definitiva, todo aquello que eleva el ego, pero usted no estará evolucionando.
Leerá, escribirá, registrará casos, y sí, hará un aporte a las ciencias humanas, pero correrá el riesgo de convertirse en el profesor que dedicado a la academia, en algún momento y sin darse cuenta, se divorció de la realidad… De la realidad laboral, de la realidad profesional de la realidad del mercado, incluso y más dramático aún, de la realidad propia.
Y es comprensible. La habilidad de separarse del objeto de estudio en cuestión, para observarlo y estudiarlo objetivamente, puede ser muy complicado cuando se trata de uno mismo. Si ya es complejo lo ajeno, cuánto puede ser lo propio.
Me refiero a lo que Howard Gardner, porfesor de Harvard mundialmente conocido por el desarrollo del modelo de las inteligencias múltiples, presente como la inteligencia intrapersonal, la capacidad de relacionarme conmigo mismo.
Décadas después de su trabajo, aún entre otros, hay un llamado que permanece vigente: es necesario desarrollar las aptitudes, habilidades y destrezas necesarias para detenernos a observarnos como individuos, y en consecuencia no solo tener una mejor comprensión de quienes somos, sino de cómo nos comportamos, y cómo respondemos a los estímulos del entorno, personas y situaciones. Especialmente relevante en tiempos de crisis y de incertidumbres. ¡Cuántos hallazgos por ser develados ante nuestros propios ojos!
Siendo natural el desafío, valioso es hacer equipo. Incorporar en esa misión a otro actor que acompañe y, cual tutor, valide los métodos de observación y análisis del fenómeno (tú). Es allí cuando surge el Coach. Un amante del conocimiento humano de lo humano, formado para servir en la exploración de un caso, con el fin último de acompañar al mismo objeto de estudio en la generación de un modelo, de una práctica, de un aporte, que le haga más capaz en un ámbito de acción específico.
En mi experiencia, vale la pena. Y no me refiero tanto incorporar a un coach, como a detenerse a observarse. Mientras el resto del mundo esté mirando hacia afuera, publicando hallazgos de algo que nunca conocerá por completo, usted estará conociendo como nadie más en este mundo puede hacerlo, el primer objeto de estudio que le fue confiado en esta vida laboratorio: usted mismo.